Recientemente hemos hecho público el impacto estimado de la crisis en Vitruvio (ver enlace) y se incorpora también a este informe trimestral.
Se estima una caída de sólo el 15,75% en los ingresos recurrentes. Fundamentalmente motivada por las bonificaciones y aplazamientos en la renta de aquellos inquilinos que habían pedido ayuda justificadamente.
Los inquilinos de Vitruvio, a cambio, han mantenido sus compromisos y la ocupación global de la cartera continúa siendo muy alta, del 95%. Los activos vacíos no sólo no ingresan alquiler, sino que generan unos gastos que, cuando están alquilados, sufraga el inquilino. Conservar un nivel tan alto de ocupación son muy buenas noticias en un entorno tan deteriorado.
Además, es importante señalar que las negociaciones con los arrendatarios han consistido en ayudas por el cierre obligado y no renegociaciones de los contratos, manteniéndose las rentas sin variaciones relevantes.
El bajo nivel de deuda, del 27,8%, la elevada liquidez, un cierre del año con caja positiva y la fuerte diversificación por usos inmobiliarios y por inquilinos, con activos ubicados en zonas de alta demanda, siguen siendo los elementos esenciales para aguantar bien la crisis. Así lo reconocen los inversores con un aumento del número de accionistas hasta los 427 a cierre de trimestre.
La reciente operación de Fidelgés pasaba por incorporar activos con recorrido, pero que, a corto plazo, provocaban una reducción del dividendo. Para evitarlo, y mantenerlo, se decidió una serie de desinversiones este año y los tres próximos (un porcentaje bajo del total de activos, en cualquier caso). Con la crisis, se ha acordado retrasar las ventas de este año.
Sin esas ventas, se reducen los beneficios esperados, cuya caída es mayor que la de los ingresos recurrentes. Para Vitruvio, una empresa patrimonialista de largo plazo, no tiene sentido desperdiciar el valor de ciertos inmuebles en un entorno adverso como el actual. Fundamentalmente, porque podemos esperar.
Y, pese a lo anterior, Vitruvio seguirá remunerando trimestralmente al accionista en un año tan complicado. Limitando el problema al hecho de que habría menos reparto que el año pasado. Salvo, claro, que se diera un escenario aún más adverso que el vivido en la primera mitad del ejercicio.
Vitruvio suele abonar tres dividendos a cuenta iguales y un cuarto pago normalmente mayor, repartiendo el resto del beneficio. En verano se produce el primer abono contra los resultados del año en curso, después en otoño e invierno repitiendo importes y, el último y el mayor, en primavera.