La sociedad española sufre una dolorosa crisis sanitaria y económica. El número de fallecidos tanto en España como fuera resulta estremecedor.
El equipo de Vitruvio goza de buena salud, por fortuna. Y enfrenta la situación siendo plenamente consciente de las difíciles circunstancias que atraviesan algunos de los inquilinos. La respuesta ha sido inmediata y se ha aplazado el pago del alquiler a todos aquellos que lo han solicitado justificadamente, con especial atención al segmento residencial en el cual, con Decreto o sin él, siempre se actúa con especial sensibilidad.
La última valoración de la cartera inmobiliaria asciende a 180 millones de euros y la deuda neta es de 49 millones de euros a cierre de marzo. Es decir, un 27% de deuda sobre el valor de los inmuebles. A lo que habría que sumar una elevada posición de liquidez. Esto tiene dos consecuencias positivas:
La prioridad hoy es la gestión de la cartera existente, lo cual no impide que se siga trabajando en nuevas operaciones con la vista puesta en el largo plazo.
Las mejores medidas de contención de Vitruvio frente a las crisis provienen de la coherencia con su perfil moderado de inversión, caracterizado por:
En lugar de apostar por la especialización, Vitruvio siempre ha defendido la diversificación como instrumento de control de riesgos.
Tan importante como lo anterior es la fuerte diversificación por inquilinos, evitando que ninguno de ellos pese demasiado sobre el total de ingresos. En mayo ningún inquilino tendrá una renta que suponga más del 5% de los ingresos de la compañía y se superarán los 220 inquilinos.
La decisión de reducir el endeudamiento adoptada el año pasado, la solicitud a los bancos de carencias de principal, junto con el resto de los elementos descritos arriba, permite ser optimista dentro del deteriorado panorama con el que, tras la cuarentena, tendremos que lidiar para poder iniciar la recuperación.